Yo misma

Mmmm... hola. No soy muy buena con las presentaciones, y tampoco estoy segura de que esto lo vaya a leer alguien, pero creo que lo correcto es empezar por decir quién soy y qué hago aquí.

Vale, lo primero es fácil: me llamo Berenice (mis amigos me llaman Be, de ahí la originalidad del título del blog) y soy de Madrid. Me acerco peligrosamente a los treinta, y me dedico al mercado inmobiliario. Dicho así, puede que parezca importante, pero la verdad es que solo me limito a enseñar y a (intentar) vender pisos que yo jamás podría ni siquiera soñar con comprar. En lugar de eso, comparto mi espacio con una zorra borde y antisocial que, curiosamente, no me cae mal. Natalia, así se llama esa oscura presencia, llena de tatuajes y piercings, con la que a veces me cruzo en el lavabo en mitad de la noche o en la cocina para asaltar la nevera en mitad de cuando sea (mi estómago no entiende de horarios). Supongo que hemos aprendido a respetar las rarezas de la otra. Bueno, respetar... ignorar... para el caso, es lo mismo.

Soy una tía bastante tranquila, prefiero una cena y un cine que emborracharme hasta perder el sentido (aunque eso a veces también ocurra). Me gusta comer y odio el deporte, así que ya puedes imaginarte el tipazo que tengo. Soy más bien bajita, tengo el pelo largo y castaño y bastantes pecas en la nariz, sobre todo en verano. Y me encanta ir en vaqueros y zapatillas, aunque a veces sucumbo a unos bonitos tacones.

Adoro leer, el cine, engancharme a una serie y darme baños de dos horas, con sales y música a poder ser. Pero Natalia me dedica su famosa mirada asesina cada vez que me ve salir relajada después de remojarme en la bañera, así que he decidido que yo también voy a intentar cuidar más el medio ambiente (aunque solo sea por no aguantar sus sermones sobre nuestra querida madre Tierra).
Ah, y estoy soltera porque... pues porque sí, porque solo me encuentro con capullos.

En cuanto a lo otro, a lo de qué hago aquí... sinceramente, no lo sé. Lo del blog es nuevo para mí, pero mi amiga Zoe me ha dicho que me iría bien volcar mis frustraciones (o pensamientos en general) en el ciberespacio. Últimamente le va el rollo de ir de terapeuta, aunque no tenga ni puta idea. Mi amigo Gus ha secundado su consejo, pero sospecho que básicamente lo que quieren es que deje de darles por saco a ellos con mis paranoias. No los culpo; apenas yo puedo soportar el peso de mi mente retorcida.

Así que si estás leyendo esto... no sé si darte la bienvenida o pedirte disculpas. Tal vez las dos cosas.




6 comentarios:

  1. Desde luego que tienes que pedir perdón... =P
    Qué ganas de leer las locuras de estos tres. Digo, las tuyas, Be.

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    1. jajaja gracias, María. Siempre es un placer charlar contigo, así que pásate cuando quieras =)
      Ya te contaré cómo nos va por aquí... Un besazo!

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  2. Que ganas de saber más cosas tuyas y de tus amigos Zoe y Gus! Me encanta este blog!

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    1. jajaja gracias, guapa!
      Eres más que bienvenida, ya lo sabes. Un besazo!

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  3. Ay, cómo mola, se te echaba de menos, señorita Be jajaja

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    1. jajaja gracias, reina. Qué alegría verte por aquí! <3

      Muaka!

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