viernes, 31 de octubre de 2014

Jalogüin

¡Buh!

¿Te has asustado? ¿No? Mierda, si se supone que hoy todo da miedo.
Hoy es Halloween, y es viernes, no sé si eso complica más las cosas. El caso es que esta noche estará llena de brujas, zombies y fantasmas que llamarán a tu puerta en busca de golosinas. Porque, por lo visto, las brujas no comen niños, los zombies tampoco cerebros, y los fantasmas... ¿esos comían algo? Bueno, es igual, porque a todos hoy les mola atiborrarse a azúcar y nada más.

Festividad americana donde las haya, los españoles no podíamos dejar de copiarla. En mucha menor medida, eso está claro, pero a mi timbre ya han llamado varios niños sedientos de sangre... o sirope de fresa. Pasos en la escalera, gritos... y ni siquiera se han dignado a pintarse la cara.
-Hola, soy un niño, voy en chándal y te pido que me des algo porque es Halloween. ¿Cómo te quedas?
Pues anonadada, niño, anonadada. Así me quedo. Ni siquiera me preguntan el ¿truco o trato? Yo elegiría portazo, porque no puedo darles más que un pictolín.

Pero los niños embriagados de dulce no son lo peor de hoy. En realidad, la peor de todas mis pesadillas es Zoe y su empeño por disfrazarse de la versión zorrona de algún ser sobrenatural. Eso está de moda, según dice. Las Monsters High son un claro ejemplo de ello, ahora que lo pienso. Y todas las celebrities se maquillan y cuelgan las fotos sexyríficas (nueva palabra con sexy + terrorífica) en su Instagram para compartir con el mundo su interés por esta fiesta tan antigua.

Pero a mí me parece una excusa para enseñar tetamen y culamen, y no estoy dispuesta a unirme a ello. Con lo fácil que es pillar una sábana y hacerle dos agujeros para los ojos.
Las brujas no están buenorras, tienen que dar miedo. Pero bueno, ¿qué daño hacen a nadie, verdad?
Lo de Gus no sé si es mejor o peor, porque a él lo que le gusta es disfrazarse de algún personaje famoso y obligarnos a nosotras a complementarlo. Temo que pueda venir con trajes de cuero para interpretar a Los Ángeles de Charlie.

En fin, creo que voy a intentar convencerlos de que nos quedemos en casa viendo una peli de miedo. O Sálvame Deluxe, que también tiene lo suyo.

La noche de las brujas puede estar llena de sorpresas, excepto para mí... que mis vecinas lo son durante todas las noches del año y escucharlas berrear con sus escobas ya no me impresiona.

No olvidéis cerrar las ventanas y mirar debajo de la cama. Podéis tomarlo a coña, pero a mí se me acaba de ir la luz por la face.

¡Hasta mañana! Si es que llegáis...Muajajaja!!!



viernes, 17 de octubre de 2014

La maldición de los móviles blancos

Dicen que hace tiempo, una chica fue maldita por una bruja con un poderoso maleficio.
"Y blancos serán tus teléfonos hasta el día en que perezcas".


Na, es broma. Nadie diría algo así.


Resulta que se me ha cumplido el contrato con mi compañía telefónica, así que he decidido cambiarme a Amena porque quiero sentirme libre como el mar y todas esas chorradas. Porque he estado pagando un pastón por una mierda de conexión a Internet por culpa de tener que aguantar la dichosa permanencia.
Después de un agotador juego macabro plagado de contraofertas, de "llama aquí" y "llama allá" por fin decido quedarme donde estaba. Y cuando ya tengo claro que no, que yo no quiero atarme a nadie y que quiero poder abandonar el barco cuando me dé la real gana, va y me ofrecen un móvil por 0€ con el que podré disfrutar de un increíble 4G (ya que mi nueva y mejorada tarifa lo incluye).

Y me vendo. Porque la libertad a veces está sobrevalorada, y que te regalen un móvil de casi 300 euros también mola. Mola bastante.

Pero es aquí cuando empieza lo bueno. Lo de buscar en Internet las opiniones o "reviews" (que ahora están tan de moda) de los modelos que la compañía me ofrece como una ganga.
Pantalla, peso, cámara, procesador... y no sé cuántas mierdas más que no entiendo. ¿Interfaz? ¿Qué coño es eso? Sistema Operativo Android Kit Kat... ¿Nos hemos vuelto locos? Yo era feliz relacionando esa palabra ÚNICAMENTE con las barritas de chocolate. Eran tiempos más sencillos.

Miro, remiro, requetemiro... y al final me decido por uno. Uno que está en varios colores, por cierto, pero que desgraciadamente en mi compañía solo me pueden ofrecer en blanco.

Blanco...
Otra vez...
Cuarto móvil consecutivo de ese color (que no es un color)...
Y no es que no me guste el blanco, para nada. Es solo que después de tanto tiempo estampando plástico blanco (sí, se me caen bastante), me apetecía cambiar y destrozar algo diferente.

En fin, siempre puedo comprarme una funda bonita o pintarlo con rotulador permanente.